jueves, 21 de julio de 2011

Ennis Hayes

Ennis Hayes en 1919 vistiendo la camiseta de Rosario Central.

Ernesto Hayes nació en la ciudad de Rosario el 10 de mayo de 1896 y falleció en el año 1956. Fue un habilidoso futbolista, que se destacó en la era amateur. Conozcamos su historia, que vale la pena ser contada.
Ennis (apodo que ostentó), era hijo de un inmigrante inglés que vino a la Argentina a trabajar en la construcción de los ferrocarriles y no sólo pasó a la historia por ser el hermano menor de Harry (histórico futbolista rosarino), sino también por sus habilidades para manejar el balón y su comportamiento indisciplinado, que más de una vez lo llevó a tener serios inconvenientes. Asimismo era poseedor de una gambeta que hacía enloquecer a los rivales.
Inició su carrera como futbolista el 10 de octubre de 1912, jugando para Rosario Central, que esa tarde se midió ante Newell’s por un cotejo válido por los cuartos de final de la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires. No fue un buen día para Ennis, puesto que su equipo cayó derrotado en el tiempo suplementario por 5 a 3 (empataron 2 a 2 en los 90’ reglamentarios). El compromiso se efectuó en la cancha que Central tenía en la Villa Sanguinetti, en inmediaciones del cruce Alberdi. Luego en 1913 tuvo un efímero paso por Embarcaderos Córdoba y Rosario (después Nacional y hoy Argentino) y regresó ese mismo año al elenco auriazul, donde se adjudicó el Concurso por Eliminación (torneo que puso en juego la Federación Argentina de Football).
Como mencioné anteriormente era un jugador habilidoso, pero a la vez conflictivo, tan es así que el 23 de diciembre de 1917 en un encuentro frente a Racing Club correspondiente a las semifinales de la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires, en la cancha de Independiente le propinó un golpe de puño al árbitro José Vacarezza. El puñetazo se lo aplicó luego de que el juez sancionó un penal a favor del elenco albiceleste. Esa agresión le valió una inhabilitación perpetua, que posteriormente en 1919 fue revocada, por lo tanto pudo volver a jugar.
Cuentan que Ennis poseía una gran destreza y habilidad con la pelota, siendo capaz de eludir a varios rivales. En un partido de la Copa Vila de 1919, donde Central se midió ante Gimnasia y Esgrima, luego de pasar a algunos oponentes y llegar hasta el arco contrario, se sentó por unos segundos en la pelota, cuando se acercó un rival convirtió el quinto tanto. Ese acto de autosuficiencia hizo enfadar a los jugadores del equipo Mens Sana, por lo que se generó una trifulca. Incluso su padre, que estaba en la tribuna se enojó y le gritó “hacer el gol sí, pero burlarse del rival, no”. Esa no fue la única vez que cargó y provocó al contrincante; en 1920 en un choque frente a Belgrano, en la cancha que Rosario Central poseía en cercanías de la Parada Castellanos, dos minutos después que su hermano Harry señalara un gol, Ennis gambeteó a Juan Beltramo y como ante Gimnasia se volvió a sentar en el balón, tras el hecho el experimentado zaguero del conjunto papero se enfureció y le tiró una patada, que no llegó a destino, porque su receptor logró eludirla. Nuevamente se armó un escándalo entre los futbolistas, que obligó al árbitro a suspender el encuentro. Pero no todas sus jugadas fueron para burlarse de sus oponentes, sino que realizó otras en las que deslumbró por su gran capacidad para manejar el balón. Una de ellas, según las crónicas de la época, la efectuó en el mes de mayo de 1915, en ocasión de un clásico ante Newell’s. A los diez minutos, Ennis Hayes tomó la pelota, eludió a tres adversarios para llegar al área, donde también esquivó con una elegante finta al guardavalla José Airaldi y se metió con el balón en el arco rival, señalando un gol de antología. Luego en el segundo tiempo marcó una nueva conquista, aportando así dos tantos en la goleada auriazul por 6 a 0.
Cabe señalar que se desempeñó tanto como insider izquierdo (su puesto habitual) y derecho, ya que podía jugar por las dos puntas. Además es importante remarcar que por sus buenas actuaciones fue convocado para vestir la casaca del seleccionado argentino, donde entre los años 1915-1919 jugó once partidos y señaló cuatro tantos.

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